miércoles, 8 de febrero de 2017

Patentes


El mundo de las patentes es algo totalmente desconocido para mí. De hecho, me ha llamado poderosamente la atención que ya hacia el año 1800, James Watt se esforzase por conseguir una patente para su máquina a vapor. Igual ya era la práctica en esa época. No sé si Edison también tuvo que buscar una patente para su bombilla. De todas formas, si no lo hizo ha podido pasar a la posteridad con el reconocimiento de su mérito sin necesitarla.


La pregunta que me hago es ¿todo invento debe ser patentado? O mejor dicho, ¿deben patentarse las ideas? El hecho de que las ideas se deban patentar es algo que no consigo aceptar del todo. Entiendo la necesidad de revindicar mi gran idea y de que mis esfuerzos no sean copiados por otros. Lo veo más claro cuando hablamos de inventos pero me cuesta más cuando hablamos de estudios de investigación en biomedicina o biotecnología por ejemplo. Y qué decir de mi disciplina. Desde luego, en enfermería no conozco ningún estudio que se haya patentado, aunque también podría ser por desconocimiento. Pero cómo patentar una idea que puede ser beneficiosa para la población. No le veo sentido a patentar una intervención para mejorar la calidad de vida del cuidador informal. Si esa intervención puede mejorar la vida de las personas que cuidan, ¿por qué reducir su aplicación sólo por parte de aquél que tiene su patente? Sinceramente no lo veo. Y creo que es por una sencilla razón. Porque con esos estudios enriquecerse es imposible. Si no hay dinero de por medio problema solucionado. 

1 comentario:

  1. Además de la patente (propiedad industrial) está el copyright (la propiedad intelectual), igual es más adecuada a esos casos...

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